Tenemos la alegría de nuestras alegrías
y también la alegría de nuestros dolores
porque no nos interesa la vida indolora
que la civilización del consumo vende en los supermercados
Y estamos orgullosos
del precio de tanto dolor
que por tanto amor pagamos
Nosotros
Tenemos la alegría de nuestros errores
tropezones de nuestra pasión
de andar y el amor al camino
y tenemos la alegría de nuestras derrotas
porque la lucha por la justicia y la belleza
valen la pena también cuando se pierden
Y sobre todo tenemos
la alegría de nuestras esperanzas
cuando el desencanto se ha convertido
en articulo de consumo masivo y universal
nosotros seguimos creyendo
en los asombrosos poderes
del abrazo humano
Vamos.Siendo.
fluir,encontrar,descubrir,creer,sentir,crear, surgir,vivir,trascender
jueves, 5 de agosto de 2010
miércoles, 28 de julio de 2010
Caminos de la Conciencia
La conciencia de nuestros sentimientos y estados de ánimo también se contrapone al pensamiento. Si yo soy conciente de sentir alegría, amor, tristeza, temor u odio, esto significa que yo siento y que el sentimiento no está reprimido: no significa que yo piense el sentimiento ...
Erich Fromm
Del tener al ser.
Erich Fromm
Del tener al ser.
domingo, 4 de julio de 2010
En el camino.
Vamos siendo cuando somos libres.
Cuando elegimos.
Cuando cortamos las cadenas.
Cuando tomamos decisiones.
Cuando entendemos que los demás pueden obstaculizar o facilitar,
Pero nadie por mi.
Vamos siendo cuando nos encontramos.
Cuando nos conectamos con nuestro ser.
Cuando nos descubrimos.
Cuando brotamos.
Cuando nos permitimos ser.
Vamos siendo al cumplir nuestros deseos.
Cuando trabajamos por nuestros sueños.
Cuando disfrutamos el camino y no solo la meta.
Cuando vamos resignificando.
Vamos siendo cuando aprendemos.
Vamos siendo cuando desaprendemos.
Vamos siendo.
Cuando elegimos.
Cuando cortamos las cadenas.
Cuando tomamos decisiones.
Cuando entendemos que los demás pueden obstaculizar o facilitar,
Pero nadie por mi.
Vamos siendo cuando nos encontramos.
Cuando nos conectamos con nuestro ser.
Cuando nos descubrimos.
Cuando brotamos.
Cuando nos permitimos ser.
Vamos siendo al cumplir nuestros deseos.
Cuando trabajamos por nuestros sueños.
Cuando disfrutamos el camino y no solo la meta.
Cuando vamos resignificando.
Vamos siendo cuando aprendemos.
Vamos siendo cuando desaprendemos.
Vamos siendo.
jueves, 1 de julio de 2010
El que llega a destino, planteó mal el viaje...
Relación Yo Ello - Yo Tú
Cuántas veces tomamos conciencia de nuestras relaciones?
Qué tan importantes son ellas en nuestras vida?
Creo que a veces nos alejamos del encuentro. El encuentro con uno. El encuetro con los demás. Ese encuentro que nos hacer ser. Encuentro auténtico, genuino.
Acá algunos fragmentos de la obra de Martin Buber "La alternancia del Yo-Tu y del Yo Ello"
El hombre es relación, la necesidad del Tú es innata.
El individuo es una atracción, la sociedad es una atracción, lo real, lo concreto, es el hombre-con-el-hombre. Somos nuestras relaciones.
Yo-Ello.
La relación más común es la de Yo-Ello. La palabra “Ello” indica lo impersonal. Si es impersonal es casa, materia, objeto, utensilio.
También los seres humanos sirven para algo, por ejemplo, mi mejor amigo sirve para salir los sábados a la noche. Yo también desde luego le sirvo, nos servimos el uno al otro, el uno del otro. Cada Yo es aquí, Ello.
No se está denigrando la relación, estamos en el marco del Yo-Ello.
Inter-cambio de ideas. No es el tema el que define la relación. Es el modo, la manera, la postura que se asume en la relación-con-el-otro.
No hay manera de evadir o eludir el Ello. Es el mundo de las cosas, de los roles. En él estamos. Las necesidades de la vida ocupan la mayor parte de nuestro tiempo.
El desconsuelo es que la vida esté totalmente ocupada por el Yo-Ello, la cosificación, el valor de uso y competencia, el servir para algo, el servir para alguien.
Yo-Tú.
“… la relación con el tú es directa. Entre el yo y el tú no se interpone ningún sistema de ideas, ningún esquema y ninguna imagen previa. La memoria misma se transforma en cuanto emerge de su fraccionamiento para sumergirse en la unidad de totalidad. Entre el Yo y el Tú no se interponen ni fines, ni placer, ni anticipación… Todo medio es un obstáculo. Solo cuando todos los medios son abolidos, se produce el encuentro.”
Yo-Tú es un encuentro persona a persona. Comparado con las situaciones del Yo-Ello, el Yo-Tú reluce por la carencia de elementos mediadores.
“Cuando se sabe que se ama es porque ya no se ama” dice Buber. “Por qué es una razón, un motivo, una amenidad a nosotros mismos. Si hay algo entre nosotros, nosotros no podemos encontrarnos. Ni anticipar, programar, planificar. De lo contrario se caería en la trampa del Yo-Ello, que siempre es premeditado, que siempre tiene otra intención más allá del encuentro en sí.
No hay Yo-Tú porque participemos de idénticas ideas o porque nos sintamos bien el uno con el otro.
“Solo cuando después de reconocer la inapreciable diferencia de un ser, renuncio a toda pretensión de incorporarlo en alguna forma dentro de mí, o de hacerlo participe de mi alma, solo entonces llega a ser para mi un Tú”
El ser-sin: sin nombre, sin apellido, sin estatus, sin ideas, sin curriculum. El ser a pesar de todo. El ser desnudo, como Adán y Eva antes de que aprendieran a cubrirse y a en-cubrirse.
Yo-Tú significa total entrega, total fe, total necesidad del otro, sin ningún tipo de condicionamiento. Para Buber la fe no es cosa de teología sino de vida comprometida. En el Yo-Tú se da el compromiso. En el Yo-Ello se da la transacción.
“Me realizo en el contacto con el Tú, al volverme Yo digo Tú. Toda vida verdadera es encuentro.”
En definitiva, siempre volvemos al tema de la educación, del aprendizaje. Somos lo que aprendimos ser, aprendimos lo que se nos enseñó.
Buber propicia una pedagogía del diálogo entre las personas, no tanto entre palabras o sistemas de ideas.
El Yo-Tú significa las “rotas cadenas” del Ello, del precio, del mercado. Liberación, sin las máscaras de la conveniencia. Desprovistos de la razón instrumental que nos domina bajo el signo de la conveniencia y los intereses creados. El ser que se da en el Yo-Tú no produce, sino que se manifiesta en plenitud. Sería como la revelación de la verdad.
Buber enseñó que no hay autenticidad sino frente al otro. El yo como tal, como ente separado no existe.
Yo-Ello y Yo-Tú son situaciones cambiantes en la dinámica de la existencia. Nada es definitivo. Todo es momento.
Veamos un ejemplo:
Nos encontramos, realizamos el plan previsto. En la pizzería, de pronto, la comida, el cine, nuestros diálogos repetitivos pasan a un segundo plano. Nos des-cubrimos. Se produce una relación profunda. Personal. Yo-Tú. Es la desprogramación del programa.
No podemos vivir sin programar, es cierto. Pero podemos vivir desprogramándonos ante el encuentro imprevisto con el otro, aunque sea el otro de siempre, el conocido, el previsible.
En el mundo del Ello todo e fórmula o se vuelve fórmula. En el Universo del Tú la desprogramación se torna balbuceo, admiración, silencio.
Quién se encuentra en situación de Yo-Tú carece de frases, se vuelve balbuceante, vive, tiembla.
El reino del Yo-Tú es la libertad. Libertad para ser, para dejar de ser, infinitamente dentro del marco finito de la existencia.
En la era de las comunicaciones, constantemente nos quejamos de la incomunicación. Comunicamos cosas, palabras, ideas: informamos y nos informamos. No nos comunicamos de ser a ser. El aprendizaje del encuentro es aprendizaje de la libertad.
El Yo-Tú es un punto de llegada, una cúspide, una meta. Como la felicidad, como la inspiración.
La gran historia, como la pequeña, estricta, persona y privada, días y horas y años de crecimiento y sensibilización van preparando el paso del Yo-Ello al Yo-Tú.
La obra de cada uno de nosotros – y eso es lo que puede y debe enseñarse a los niños desde temprano – es la propia existencia como libertad creadora en busca de la felicidad.
El mundo de los valores y las jerarquías sirve para orientarnos hacia la deseada felicidad. Primero en la ruta de lo general y lo universal, del Yo-Ello, de las confrontaciones diarias por el éxito, por el progreso, por el ascenso, que son humanas en la medida en que son éticas, responsables, atentas a la presencia del prójimo como persona.
Qué tan importantes son ellas en nuestras vida?
Creo que a veces nos alejamos del encuentro. El encuentro con uno. El encuetro con los demás. Ese encuentro que nos hacer ser. Encuentro auténtico, genuino.
Acá algunos fragmentos de la obra de Martin Buber "La alternancia del Yo-Tu y del Yo Ello"
El hombre es relación, la necesidad del Tú es innata.
El individuo es una atracción, la sociedad es una atracción, lo real, lo concreto, es el hombre-con-el-hombre. Somos nuestras relaciones.
Yo-Ello.
La relación más común es la de Yo-Ello. La palabra “Ello” indica lo impersonal. Si es impersonal es casa, materia, objeto, utensilio.
También los seres humanos sirven para algo, por ejemplo, mi mejor amigo sirve para salir los sábados a la noche. Yo también desde luego le sirvo, nos servimos el uno al otro, el uno del otro. Cada Yo es aquí, Ello.
No se está denigrando la relación, estamos en el marco del Yo-Ello.
Inter-cambio de ideas. No es el tema el que define la relación. Es el modo, la manera, la postura que se asume en la relación-con-el-otro.
No hay manera de evadir o eludir el Ello. Es el mundo de las cosas, de los roles. En él estamos. Las necesidades de la vida ocupan la mayor parte de nuestro tiempo.
El desconsuelo es que la vida esté totalmente ocupada por el Yo-Ello, la cosificación, el valor de uso y competencia, el servir para algo, el servir para alguien.
Yo-Tú.
“… la relación con el tú es directa. Entre el yo y el tú no se interpone ningún sistema de ideas, ningún esquema y ninguna imagen previa. La memoria misma se transforma en cuanto emerge de su fraccionamiento para sumergirse en la unidad de totalidad. Entre el Yo y el Tú no se interponen ni fines, ni placer, ni anticipación… Todo medio es un obstáculo. Solo cuando todos los medios son abolidos, se produce el encuentro.”
Yo-Tú es un encuentro persona a persona. Comparado con las situaciones del Yo-Ello, el Yo-Tú reluce por la carencia de elementos mediadores.
“Cuando se sabe que se ama es porque ya no se ama” dice Buber. “Por qué es una razón, un motivo, una amenidad a nosotros mismos. Si hay algo entre nosotros, nosotros no podemos encontrarnos. Ni anticipar, programar, planificar. De lo contrario se caería en la trampa del Yo-Ello, que siempre es premeditado, que siempre tiene otra intención más allá del encuentro en sí.
No hay Yo-Tú porque participemos de idénticas ideas o porque nos sintamos bien el uno con el otro.
“Solo cuando después de reconocer la inapreciable diferencia de un ser, renuncio a toda pretensión de incorporarlo en alguna forma dentro de mí, o de hacerlo participe de mi alma, solo entonces llega a ser para mi un Tú”
El ser-sin: sin nombre, sin apellido, sin estatus, sin ideas, sin curriculum. El ser a pesar de todo. El ser desnudo, como Adán y Eva antes de que aprendieran a cubrirse y a en-cubrirse.
Yo-Tú significa total entrega, total fe, total necesidad del otro, sin ningún tipo de condicionamiento. Para Buber la fe no es cosa de teología sino de vida comprometida. En el Yo-Tú se da el compromiso. En el Yo-Ello se da la transacción.
“Me realizo en el contacto con el Tú, al volverme Yo digo Tú. Toda vida verdadera es encuentro.”
En definitiva, siempre volvemos al tema de la educación, del aprendizaje. Somos lo que aprendimos ser, aprendimos lo que se nos enseñó.
Buber propicia una pedagogía del diálogo entre las personas, no tanto entre palabras o sistemas de ideas.
El Yo-Tú significa las “rotas cadenas” del Ello, del precio, del mercado. Liberación, sin las máscaras de la conveniencia. Desprovistos de la razón instrumental que nos domina bajo el signo de la conveniencia y los intereses creados. El ser que se da en el Yo-Tú no produce, sino que se manifiesta en plenitud. Sería como la revelación de la verdad.
Buber enseñó que no hay autenticidad sino frente al otro. El yo como tal, como ente separado no existe.
Yo-Ello y Yo-Tú son situaciones cambiantes en la dinámica de la existencia. Nada es definitivo. Todo es momento.
Veamos un ejemplo:
Nos encontramos, realizamos el plan previsto. En la pizzería, de pronto, la comida, el cine, nuestros diálogos repetitivos pasan a un segundo plano. Nos des-cubrimos. Se produce una relación profunda. Personal. Yo-Tú. Es la desprogramación del programa.
No podemos vivir sin programar, es cierto. Pero podemos vivir desprogramándonos ante el encuentro imprevisto con el otro, aunque sea el otro de siempre, el conocido, el previsible.
En el mundo del Ello todo e fórmula o se vuelve fórmula. En el Universo del Tú la desprogramación se torna balbuceo, admiración, silencio.
Quién se encuentra en situación de Yo-Tú carece de frases, se vuelve balbuceante, vive, tiembla.
El reino del Yo-Tú es la libertad. Libertad para ser, para dejar de ser, infinitamente dentro del marco finito de la existencia.
En la era de las comunicaciones, constantemente nos quejamos de la incomunicación. Comunicamos cosas, palabras, ideas: informamos y nos informamos. No nos comunicamos de ser a ser. El aprendizaje del encuentro es aprendizaje de la libertad.
El Yo-Tú es un punto de llegada, una cúspide, una meta. Como la felicidad, como la inspiración.
La gran historia, como la pequeña, estricta, persona y privada, días y horas y años de crecimiento y sensibilización van preparando el paso del Yo-Ello al Yo-Tú.
La obra de cada uno de nosotros – y eso es lo que puede y debe enseñarse a los niños desde temprano – es la propia existencia como libertad creadora en busca de la felicidad.
El mundo de los valores y las jerarquías sirve para orientarnos hacia la deseada felicidad. Primero en la ruta de lo general y lo universal, del Yo-Ello, de las confrontaciones diarias por el éxito, por el progreso, por el ascenso, que son humanas en la medida en que son éticas, responsables, atentas a la presencia del prójimo como persona.
miércoles, 30 de junio de 2010
Despertando
Ir siendo
Ir siendo Persona
Ir siendo la Persona que somos
Aprender
Desaprender
Permitirnos ser
Permitirnos ser Persona
Permitirnos ser la Persona que somos
Despertar
Ir siendo Persona
Ir siendo la Persona que somos
Aprender
Desaprender
Permitirnos ser
Permitirnos ser Persona
Permitirnos ser la Persona que somos
Despertar
Suscribirse a:
Entradas (Atom)